
Desde que se conociese la intención gubernamental de implantar Educación para la Ciudadanía se levantó una viva polémica motivada por la fuerte oposición a esta asignatura entre sectores conservadores españoles, que afirman que el Estado asume la educación moral de los individuos, sustrayendo a los padres el derecho a decidir dicha educación para sus hijos.
Por su parte, el gobierno sostiene que la asignatura servirá para educar "en valores democráticos y de tolerancia".
El Partido Popular se ha mostrado contrario a la asignatura.
La Iglesia Católica se ha opuesto a ella, tachándola de totalitarista. Los puntos más criticados son los que se refieren a la educación sexual, la enseñanza de familias multiparentales u homosexuales mediante una visión alternativa a los valores tradicionales, y el supuesto fin laicista y de adoctrinamiento estatal.
Por su parte, el gobierno sostiene que la asignatura servirá para educar "en valores democráticos y de tolerancia".
El Partido Popular se ha mostrado contrario a la asignatura.
La Iglesia Católica se ha opuesto a ella, tachándola de totalitarista. Los puntos más criticados son los que se refieren a la educación sexual, la enseñanza de familias multiparentales u homosexuales mediante una visión alternativa a los valores tradicionales, y el supuesto fin laicista y de adoctrinamiento estatal.
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